Estadística
Las olas de asesinatos avanzan por una ciudad como una enfermedad infecciosa
Las olas de homicidios se propagan a través de una ciudad de manera similar a como lo hacen las enfermedades infecciosas, según un nuevo estudio que puede brindar a la policía una nueva herramienta para monitorizar oleadas de asesinatos, y la postre impedirlos.
Usando la ciudad estadounidense de Newark, en Nueva Jersey, como escenario de un estudio piloto, un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan dirigido por April Zeoli aplicó con éxito métodos de monitorización, usados para análisis poblacional en temas de salud pública, a los 2.366 homicidios perpetrados en la ciudad entre 1982 y 2008. El equipo de investigación constató que los asesinatos no se ubicaban al azar, sino que seguían un patrón, surgiendo en el centro de la ciudad y moviéndose hacia el sur y hacia el oeste con el paso del tiempo.
De modo similar a como un brote de gripe se propaga hacia grupos vulnerables, como son los niños y los ancianos, las concentraciones de homicidios en Newark, a menudo impulsados por bandas y por criminales varios, se propagan a zonas con características bastante específicas. Con el paso del tiempo, la concentración de homicidios desaparecía de un área y se establecía en otra.
"Usando los principios del control de enfermedades infecciosas, podríamos ser capaces de predecir la propagación de olas de homicidios y reducir la incidencia de este crimen", aventura Zeoli.
Este estudio es uno de los primeros en los que se ha utilizado software de análisis del campo de la geografía médica para monitorizar tendencias de homicidios a largo plazo. Zeoli destaca que este método se puede aplicar en tiempo real, lo que permitiría a la policía identificar puntos violentos emergentes.
Los investigadores también identificaron áreas de Newark que no tuvieron concentraciones de homicidios durante los 26 años analizados en el estudio, a pesar de estar rodeadas de violencia y asesinatos.
Si se pudiera descubrir por qué algunos de esos barrios son resistentes al fenómeno, quizás a otros barrios que son más susceptibles a los homicidios se les podría dotar de las mismas condiciones clave que tienen los resistentes, y de ese modo reducir también en ellos los asesinatos, tal como especula Zeoli.
Junto a Zeoli trabajaron en este estudio los investigadores en justicia penal Jesenia Pizarro y Christopher Melde, así como la especialista en geografía médica Sue Grady.
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