Botánica
Adaptar la cebada a un clima más cálido y seco
La humanidad deberá adaptar de algún modo los principales cultivos agrícolas del mundo al calentamiento global, o de lo contrario afrontar las consecuencias de no hacerlo. En el caso de la cebada, ya se trabaja hacia ese fin en Canadá, uno de los 10 principales países productores en el mundo.
El setenta por ciento de la cebada cultivada en Canadá se usa como alimento para animales, y es el tercer cultivo en importancia en el país por su extensión, antecedido en la lista solo por la canola y el trigo.
El equipo de Scott Chang, profesor de Ciencias del Suelo en el Departamento de Recursos Renovables de la Universidad de Alberta en Canadá, está estudiando desde hace tiempo la composición genética de la cebada y cómo puede lograrse que este cultivo agrícola aproveche mejor el agua y además sea más productivo.
Chang aunó esfuerzos con el científico agrícola Anthony Anyia del AITF (Alberta Innovates - Technology Futures) en el 2006, tras una intensa sequía en el 2002 que redujo la producción agrícola de cebada en Alberta a cerca de la mitad de lo que era normal.
En su nuevo estudio, han buscado formas de ayudar a dar con cepas de cebada que tengan una mayor productividad y a la vez usen menos agua, algo importante esto último dado que el clima en Canadá se está volviendo más cálido y seco por culpa del cambio climático global.
Al analizar las composiciones isotópicas de carbono de las plantas de cebada y su relación con la eficiencia en el uso del agua, los investigadores han encontrado una vía de trabajo para crear herramientas que los expertos en desarrollo de nuevas variedades de cultivos puedan emplear a fin de mejorar la eficiencia en la selección de las variedades más eficientes en el uso del agua.
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