Arqueología
Determinan la antigüedad de un enigmático libro renacentista escrito en un alfabeto desconocido
El manuscrito Voynich es uno de los manuscritos más misteriosos que se hayan encontrado, ya que fue escrito por un autor desconocido en un lenguaje que nadie entiende. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona ha resuelto uno de los mayores misterios del libro: ¿Cuándo fue confeccionado?
Usando la técnica de datación por radiocarbono, un equipo liderado por Greg Hodgins, del departamento de física de la mencionada universidad, ha dictaminado que las páginas de pergamino del manuscrito datan de principios del siglo XV, lo cual implica que el libro es un siglo más viejo de lo que se pensaba.
Este tomo, digno de un relato de H.P. Lovecraft y sobre el que no han faltado comparaciones con el polémico Necronomicón (un libro maldito citado a menudo por Lovecraft en su narrativa), cuenta con filas de texto escrito sobre pergamino, situadas alrededor de ilustraciones dibujadas de manera muy detallada y que representan plantas, mapas astronómicos y figuras humanas bañándose en lo que algunos han interpretado como una alusión a la fuente de la juventud.
A primera vista, el Manuscrito Voynich parece no ser diferente a cualquier otra antigua obra renacentista con texto y arte gráfico. Por ejemplo, las tonalidades de los colores denotan el uso de los pigmentos típicos de la paleta del Renacimiento, los disponibles en esa época.
Pero cuando se le mira más detenidamente, se aprecia que nada es lo que parece. Caracteres extraños, algunos recordando a letras latinas, y otros sin el menor parecido con los de los idiomas conocidos, están organizados en lo que parecen ser palabras y frases, excepto que no se asemejan a nada conocido que haya sido escrito (o leído) por seres humanos.
El manuscrito, que hoy es propiedad de la Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros de la Universidad de Yale, fue descubierto en 1912 en la Villa Mondragone, cerca de Roma, por el comerciante en libros antiguos Wilfrid Voynich, mientras clasificaba el contenido de un baúl de libros puestos a la venta por la Compañía de Jesús. Voynich dedicó el resto de su vida a desvelar el misterio del origen del libro y a descifrar el significado de sus caracteres. Murió 18 años después, sin haber conseguido desentrañar ninguno de los enigmas del libro.
La antigüedad del libro, un siglo más de lo que creído hasta ahora, contradice algunas de las hipótesis anteriores sobre su historia y orígenes.




