Medicina
Posible vía hacia nuevos tratamientos para la adicción a la cocaína
Se ha descubierto un proceso molecular cerebral activado por el consumo de cocaína que podría proporcionar una nueva vía de actuación para tratamientos orientados a prevenir o revertir la adicción a la cocaína.
La cocaína altera el núcleo accumbens, el centro cerebral del placer que responde a estímulos como la comida sabrosa, el sexo y las drogas. Comprender qué le sucede molecularmente a esta región cerebral durante la exposición a largo plazo a drogas podría aportar información reveladora sobre cómo exactamente se produce la adicción.
El equipo de A.J. Robison, profesor en la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, y que antes trabajó en la Escuela de Medicina Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York, ha constatado que la cocaína hace que células del núcleo accumbens incrementen la producción de dos proteínas, una asociada con la adicción y la otra con el aprendizaje. Estas proteínas tienen una relación recíproca, en la que cada una aumenta la producción y la estabilidad de la otra en las células, por lo que el resultado es un bucle de realimentación.
Robison y sus colegas han demostrado que ese bucle desempeña un papel fundamental en las reacciones a la cocaína. Lo han conseguido mediante experimentos en los que manipularon el proceso en roedores.
(A.J. Robison.) (Foto: G.L. Kohuth)
El equipo de investigación comprobó que elevar la producción de la proteína asociada a la adicción hacía que los animales se comportaran como si estuvieran expuestos a la cocaína, aunque en realidad no lo estaban. Los investigadores también lograron romper el bucle, alterando la reacción de los roedores a la cocaína al impedir la acción de la proteína de aprendizaje. En cada nivel estudiado, interrumpir este bucle desbarata el proceso que parece desarrollarse con la exposición a largo plazo a drogas.
Las conclusiones de este estudio son particularmente convincentes, porque los investigadores hallaron indicios del mismo bucle de realimentación en los cerebros de personas que murieron mientras eran adictas a la cocaína. Eso hace pensar que los hallazgos hechos en este estudio se podrían aplicar a los seres humanos, traduciéndose quizá ello en nuevos tratamientos para combatir la adicción a la cocaína.
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