![[Img #1703]](upload/img/periodico/img_1703.jpg)
La peligrosa situación que se vive en la central nuclear de Fukushima Daiichi, tras el terremoto y el tsunami que el pasado 11 de Marzo golpearon Japón, sigue marcada por la amenaza de fugas de radiactividad mayores que las ya registradas. Todos los esfuerzos van dirigidos a impedir que la temperatura de los núcleos suba hasta cotas desastrosas, ya que si estos se funden resultará mucho más difícil controlar la situación y se incrementará el riesgo de una fuga masiva y prolongada de radiactividad.
Los reactores 5 y 6, que son los menos dañados, cuentan ya con suministro eléctrico para alimentar sistemas de refrigeración especializados. Con esta refrigeración, ambos reactores deberían poder ser mantenidos bajo control. De todas formas, para evitar el riesgo de explosión en estructuras de contención por la posible acumulación de gases, se les hizo algunos agujeros para permitir la salida controlada de gases y evitar males mayores.
También se ha conseguido llevar suministro eléctrico a los otros reactores, y ahora se trabaja en conseguir una refrigeración eficaz mediante sistemas especializados. Uno de los obstáculos en esta tarea se debe a los daños adicionales sufridos por diversos sistemas eléctricos como consecuencia del agua de mar arrojada a los reactores, una operación desesperada para evitar el sobrecalentamiento de los reactores e impedir desastres mayores.
La causa del humo que de manera intermitente sale de algunos reactores no ha podido ser determinada a ciencia cierta.
En la imagen, uno de los reactores dañados. Foto: Copyright © 2011
GeoEye.
Información sobre las características básicas de los 6 reactores de la central nuclear de Fukushima Daiichi y acerca de los daños que han sufrido.
Información clarificadora sobre conceptos que se prestan a confusión en un accidente nuclear, aquí, en este artículo de Jorge Munnshe, "Cómo es un accidente nuclear grave".