Ecología
El crecimiento hacia el norte de los bosques boreales liberará más carbono de lo predicho
Es difícil pronosticar cómo un ascenso modesto de la temperatura media por culpa del calentamiento global afectará a una región. ¿Lloverá menos? ¿Qué pasará con la vegetación?
Una nueva investigación ayuda a aclarar la cuestión para el caso de los bosques boreales.
En el nuevo estudio se pronostican, con el avance del calentamiento global, grandes cambios para uno de los mayores sumideros de carbono del planeta. Todo apunta a que los bosques boreales se expandirán hacia el norte a buen ritmo en este siglo. Sin embargo, este fenómeno acarreará que la liberación neta de carbono por la vegetación (la liberada en la descomposición, frente a la absorbida en el crecimiento) sea mayor que la predicha por los modelos climáticos actuales.
Los ecosistemas boreales ocupan una buena parte de las latitudes altas del hemisferio norte del planeta, en franjas que cubren grandes áreas de Canadá, Rusia y naciones del norte de Europa, en forma de humedales así como bosques de árboles coníferos. Esta vegetación almacena inmensas cantidades de carbono, manteniéndolo fuera de la atmósfera donde contribuiría al cambio climático.
Los científicos usan simulaciones digitales de extrema complejidad, referidas como Modelos del Sistema Tierra, para predecir las interacciones entre el cambio climático y ecosistemas tales como los bosques boreales. Dichos modelos muestran que el hábitat boreal se extenderá hacia el polo norte en las próximas décadas a medida que las regiones situadas al norte del límite actual del área de distribución de esa vegetación se vuelvan más cálidas y húmedas. Esto ha hecho suponer que los ecosistemas boreales almacenarán más carbono que el que hoy albergan, lo que debería ayudar a mitigar el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera.
Sin embargo, Charles Koven, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), en California, Estados Unidos, no cree que se vaya a producir una expansión al norte propiamente dicha. Lo que sucederá, según él, es que esos bosques boreales se trasladarán, es decir que ciertamente alcanzarán zonas más al norte que ahora, pero al mismo tiempo retrocederán en el sur. En el extremo sur del área de distribución geográfica, sus fronteras serán invadidas por climas demasiado calurosos y secos para su subsistencia, climas que serán más propicios para la aparición de praderas.
Y esa es una diferencia importante. Los prados absorben y guardan en la tierra mucho carbono, pero lo hacen a una velocidad mucho menor que la de la liberación de carbono que se producirá en las áreas muertas de los bosques.
Koven advierte que la mayoría de los modelos del sistema Tierra no lo predicen debidamente, lo que significa que sobrestiman la cantidad de carbono que la vegetación de las latitudes altas almacenará en el futuro.
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