Artículo de Germán Fernández Sánchez, en el blog El Neutrino, que recomendamos por su interés.
Los seres vivos necesitan el agua para vivir, y la única agua de la que disponen los peces marinos es el agua salada. De manera natural, la sal debería acumularse en sus tejidos. Pero no es así. ¿Por qué?
En la concentración en la que está presente en el agua de mar, la sal es tóxica. Por eso no es aconsejable beber agua de mar, por mucha sed que se tenga. Para mantener la salinidad en el interior de sus células por debajo de unos ciertos límites, los seres vivos han desarrollado mecanismos de filtración y excreción.
El artículo, publicado en el blog El Neutrino, se puede leer
aquí.