Arqueología
Rastreando los inicios de la elaboración de vino en Francia
Antiguas ánforas etruscas importadas, y una plataforma para el prensado de uvas, descubierto todo ello en el emplazamiento del antiguo puerto de Lattara en el sur de Francia, han aportado la más temprana evidencia arqueológico-biomolecular del vino y su producción en Francia, señalando los comienzos de una industria vitícola, celta o gala, en dicho país, entre los años 500 y 400 antes de nuestra era.
Esta confirmación de la evidencia más antigua de viticultura en Francia es un paso clave para conocer mejor la expansión por el mundo de las técnicas vitícolas, que se cree surgieron en las Montañas del Cáucaso, los Montes Tauro de Turquía, y/o los Montes Zagros de Irán, hace unos 9.000 años.
La expansión del vino alcanzó al Antiguo Egipto alrededor del año 3.150 antes de nuestra Era. Para el año 3.000 a.C., el delta del Nilo estaba siendo sembrado de vides por los viticultores cananeos. Al ser los primeros mercaderes marítimos, los cananeos fueron también capaces de diseminar la cultura del vino a través del Mar Mediterráneo. La evidencia arqueológica y biomolecular da testimonio de la existencia de un vino resinado, localmente producido, en la isla de Creta, alrededor del 2.200 a.C.![[Img #14375]](upload/img/periodico/img_14375.jpg)
Cuando la civilización griega ya había acogido globalmente la cultura del vino, la siguiente etapa fue expandir estos negocios marítimos hacia las tierras del sector oeste del Mediterráneo. Los griegos y los fenicios rivalizaban en expandir sus influencias estableciendo colonias en islas a lo largo de las costas del norte de África, Italia, Francia y España. Donde el vino iba, también lo hacían tarde o temprano otros elementos culturales, incluyendo tecnologías de toda clase e incluso costumbres religiosas y sociales, hasta en lugares donde otra bebida fermentada, hecha a base de otros productos naturales, tenía fuerte arraigo. En el caso de la Europa Celta, el vino desplazó a una bebida híbrida de miel, trigo/cebada, frutas autóctonas silvestres como arándano rojo y manzana, y hierbas como el Mirto de Brabante o mirto de turbera (Myrica gale), la milenrama y el brezo.
La investigación llevada a cabo por Patrick McGovern, director del Laboratorio de Arqueología Biomolecular del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, y colegas del mismo país y de Francia, ha permitido obtener evidencias químicas claras, que, combinadas con datos botánicos y arqueológicos, permiten determinar la época en la que el vino fue introducido en Francia, iniciando una industria nativa: Hace entre 2.400 y 2.500 años.
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