Zoología
Nuevos hallazgos sobre el mecanismo que permite cambiar de color a calamares y pulpos
El color en los organismos vivos puede formarse de dos maneras: por pigmentación o por estructura anatómica. Los colores de esta última clase, los estructurales, dependen más de la densidad y la forma del material que de sus propiedades químicas. En el caso de organismos vivos con colores estructurales, estos surgen de efectos de dispersión de la luz generados por la configuración de pequeñas estructuras en el tejido biológico. Animales como por ejemplo pulpos y calamares poseen esta capacidad, aunque tradicionalmente ha sido muy poco lo que la ciencia ha sabido sobre ello. La situación puede que comience a cambiar a partir de ahora.
Hace dos años, un equipo interdisciplinario de la Universidad de Santa Bárbara en California descubrió el mecanismo por el cual un neurotransmisor cambia de manera espectacular el color en el calamar común, Doryteuthis opalescens. Ese neurotransmisor, la acetilcolina, pone en marcha una cascada de eventos bioquímicos que culminan en la adición de grupos fosfato a una familia singular de proteínas llamadas reflectinas. Este proceso permite a dichas proteínas entrar en un estado en el que pueden conducir el proceso de cambio de color del animal.
Ahora, los investigadores han profundizado en la cuestión, hasta descubrir el mecanismo exacto responsable de los cambios drásticos de color utilizados por criaturas tales como pulpos y calamares. El equipo de Daniel DeMartini, Daniel V. Krogstad, Daniel E. Morse, Elizabeth Eck, Erica Pandolfi, Aaron T. Weaver y Mary Baum ha demostrado que ciertas células especializadas en la piel del calamar contienen invaginaciones profundas de la membrana celular extendiéndose a gran profundidad dentro del cuerpo de la célula. Esto crea capas o laminillas que actúan a modo de reflector Bragg ajustable. Los reflectores Bragg se llaman así por el equipo conformado por dos científicos británicos, padre e hijo, que hace más de un siglo descubrieron cómo las estructuras periódicas reflejan la luz de una manera muy regular y predecible.
La importancia de lo descubierto en el nuevo estudio va más allá del interés meramente académico. Es previsible que no tarden en surgir aplicaciones prácticas. De hecho, los investigadores de la Universidad de Santa Bárbara en California ya están colaborando con la empresa Raytheon Vision Systems, con sede en Goleta, California, para investigar las aplicaciones que sus descubrimientos puede tener en el desarrollo de filtros ajustables (en los que se pueda "sintonizar" qué longitudes de onda se dejan pasar y cuáles son bloqueadas), así como obturadores conmutables que sirvan para cámaras infrarrojas. Más adelante, también podrían sumarse aplicaciones más ambiciosas, incluyendo camuflaje sintético.
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