Astronáutica
Gran Enciclopedia de la Astronáutica (156): Aleta
Aleta
Astronáutica
La ciencia del guiado de los cohetes y misiles avanzó lentamente durante la fase inicial de desarrollo de estos ingenios. La sofisticación de los sistemas de guiado fue incrementándose a medida que se requirió una mayor precisión en el vuelo de los vehículos, ya fuera para alcanzar un punto concreto del espacio o para impactar en un punto de la superficie terrestre. Para ciertas aplicaciones, pues, el guiado ha sido un aspecto esencial del cohete. Para otras, no lo es tanto y de hecho se han construido cohetes sin esta tecnología, bastando un lanzamiento bien orientado hacia la dirección general requerida.
Pero incluso en este último caso, un cohete, que es un cuerpo aerodinámico, requiere de la mejor estabilidad posible en vuelo. En los primitivos y milenarios cohetes de pólvora chinos, esto podía conseguirse mediante una caña larga. En tiempos modernos, la solución impuesta fue otra: la aleta.
Las aletas son superficies aerodinámicas más o menos planas que suelen situarse en la base del cohete, perpendicularmente a su cuerpo. Si son fijas, su presencia proporciona esa deseada estabilidad, incluso en un cohete no guiado, evitando que éste se vea demasiado perjudicado por la fuerza ejercida por el aire y le acabe haciendo perder el control, lo que podría provocar su destrucción en vuelo. Las aletas, efectivamente, desarrollan un efecto de “guía”, y ayudan a que el vehículo avance estable a lo largo de su trayectoria. Si las aletas son móviles pueden incluso influir, dirigidas por el sistema de guiado de a bordo, en la dirección de avance (junto con la orientación de los motores), aumentando la precisión a la hora de lograr alcanzar el punto de destino.
Las aletas fueron introducidas de forma temprana en el diseño de los primeros cohetes. La V-2 alemana ya los utilizaba. Sus sucesores, en Estados Unidos, la URSS y otros países, también las emplearon, dada su sencillez. Con el desarrollo de sistemas de guiado cada vez más perfeccionados, su importancia fue no obstante disminuyendo. Por ejemplo, estuvieron presentes en los primeros vuelos de misiles Thor, e incluso cuando éstos fueron convertidos en lanzadores espaciales, aportando mayor seguridad con la prolongación de la altura del cohete debido a la adición de etapas de propulsión superiores. Pero en cuanto el guiado mejoró, las aletas pudieron ser eliminadas.
A pesar de todo, independientemente de la modernidad de la tecnología de guiado instalada, algunos cohetes han incorporado aletas si los ingenieros lo han creído oportuno. Es el caso de los gigantescos cohetes Saturn-V, que a pesar de la sofisticación de sus sistemas, utilizaron esta ayuda estructural para ayudar a gobernar su gran poder propulsivo.