Ecología
Urge preservar a los parientes silvestres de cultivos agrícolas para aumentar la seguridad alimentaria
Adaptar los cultivos agrícolas al cambio climático es uno de los retos más urgentes de nuestros tiempos. Y para conseguir reforzar del modo adecuado a tales especies agrícolas es fundamental contar con la ayuda de los parientes silvestres de tales cultivos, mejor preparados potencialmente para el papel de supervivientes en un entorno hostil.
En muchos casos, las principales especies agrícolas que alimentan a la humanidad son versiones "domesticadas" de "ancestros" salvajes. Como las especies agrícolas no necesitan de forma imperativa sobrevivir sin ninguna ayuda, ya que cuentan con la protección del Ser Humano desde el amanecer de la agricultura, y las hemos venido seleccionando por otros rasgos, se hallan en desventaja frente a sus parientes silvestres que han afrontado con éxito el trance de la selección natural impuesta por la evolución y que cuentan por tanto con una genética más capaz de permitirles sobrevivir.
Sin embargo, paradójicamente, la propia acción del Hombre que tantas especies está abocando a la extinción, se ha convertido en la principal amenaza para bastantes de dichas especies silvestres parientes de las agrícolas.
A fin de salvar de la extinción a esas especies silvestres, ahora tan valiosas, o por lo menos para reunir todas las muestras genéticas necesarias de ellas, se creó recientemente una iniciativa que constituye el mayor esfuerzo global emprendido hasta la fecha para conservar parientes silvestres de cultivos agrícolas. La iniciativa cuenta con financiación del gobierno de Noruega y en ella participan instituciones como por ejemplo la GCDT (Global Crop Diversity Trust, que es una fundación dedicada a preservar la biodiversidad agrícola para el futuro), y el Millennium Seed Bank (un banco de semillas de los Jardines Botánicos Reales de Kew en el Reino Unido)
En el marco de esta iniciativa, se ha completado ahora un análisis global sobre los parientes silvestres de cultivos agrícolas muy comunes en la dieta humana, como el arroz, el trigo y la patata o papa, cultivos que es crucial que puedan adaptarse al cambio climático.
En este nuevo análisis, 29 de los cultivos alimenticios más importantes del mundo han sido evaluados. Los resultados revelan que la mitad aproximada de los parientes silvestres de estos vegetales agrícolas no están adecuadamente preservados en bancos genéticos y no están disponibles para los investigadores ni para los expertos en crianza de plantas para la mejora de especies agrícolas.
Conocer el alcance exacto de esta problemática es el primer paso para remediarla.
El estudio, de tres años de duración, y que es el primero de su tipo, lo ha llevado a cabo el Centro Internacional para la Agricultura Tropical (CIAT), con la colaboración de la GCDT, los Jardines Botánicos Reales de Kew y la Universidad de Birmingham en el Reino Unido.
Entre los resultados del análisis, destacan los siguientes:
Un 54 por ciento de las especies incluidas en la lista de los parientes silvestres de los cultivos agrícolas más importantes, está considerado como de alta prioridad para su preservación dado que de ese 54 por ciento de especies silvestres no se han tomado muestras aceptables todavía o las colecciones existentes no representan adecuadamente toda su distribución geográfica.
Los 5 cultivos agrícolas en mayor peligro por el problema descrito son la berenjena, la patata o papa, la manzana, el girasol (también conocido como maravilla y con otros nombres populares) y la zanahoria. Un gran número de sus parientes silvestres son especies de alta prioridad para su preservación.
Importantes especies agrícolas de cereales en gran parte de África, incluyendo el sorgo o zahína y el ragi, conocido también como mijo de dedo o mijo africano, están también en una situación de alto riesgo, y la preservación de sus parientes silvestres es prioritaria.
Sobre la cuestión de en qué lugar del mundo los parientes silvestres de cultivos agrícolas están en mayor riesgo, el estudio indica que algunos de los países con el mayor número de tales parientes silvestres que aún están pendientes de ser preservados debidamente son: México, Estados Unidos, Perú, Bolivia, Ecuador, Australia, China, Chipre, Etiopía, India, Italia, Kenia, Mozambique, Portugal, Sudáfrica y Turquía.
La tarea de preservar parientes silvestres de plantas agrícolas es urgente, y en algunos casos ya es demasiado tarde. La Solanum ruvu, un pariente silvestre de la berenjena, fue recolectada por primera vez en Tanzania en el año 2000, y para la época en que se identificó como una nueva especie, su hábitat nativo ya había sido destruido. Intentos posteriores de volverla a encontrar fracasaron, de modo que todo apunta a que la Solanum ruvu está ya extinguida, y por tanto cualquier rasgo útil que estuviese contenido en dicha especie, como por ejemplo tolerancia a la sal, o resistencia a plagas y enfermedades, se ha perdido.
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