Ecología
Cambio climático y enfermedades infecciosas, una combinación preocupante
El cambio climático ya está afectando a la proliferación y expansión geográfica de enfermedades infecciosas, dañando la salud humana y la biodiversidad a escala mundial.
El problema del cambio climático y las enfermedades infecciosas ha provocado un intenso debate durante la última década, particularmente en el caso de enfermedades que afectan a los seres humanos.
En un nuevo estudio, el equipo de Sonia Altizer, de la Universidad de Georgia en Athens, Estados Unidos, ha explorado la magnitud del reto de predecir las consecuencias de la expansión geográfica de enfermedades infecciosas por culpa del calentamiento global.
Para muchas enfermedades humanas, sus respuestas al cambio climático dependen de la riqueza y nivel de bienestar social de las naciones afectadas, la infraestructura sanitaria nacional de cada país afectado, y la capacidad de las autoridades para aplicar medidas paliativas.
La señal del cambio climático, en muchos casos, es difícil de separar de otros de los factores que intervienen en la incidencia de determinadas enfermedades infecciosas. Entre estos factores destacan el grado de control que se tenga sobre los vectores de transmisión de las enfermedades, así como la disponibilidad de vacunas y de medicamentos en general.
Sin embargo, en las enfermedades que afectan a la fauna y flora silvestres, así como a los ecosistemas agrícolas, los resultados indican que el calentamiento del clima ya está causando cambios significativos.
En muchos casos, se está registrando un aumento del parasitismo.
En la escala de los organismos, el cambio climático puede alterar la fisiología de los parásitos. Algunos de los ejemplos más claros se encuentran en el Ártico, donde las temperaturas están subiendo con notable velocidad. El aumento del calor allí está haciendo que los parásitos se desarrollen con mayor rapidez. Un gusano pulmonar que afecta a los bueyes almizcleros, por ejemplo, tiene más tiempo para propagarse cada verano, causando un problema más serio a las poblaciones que infecta.
El cambio climático también está afectando a comunidades enteras de vegetales y animales.![[Img #15623]](upload/img/periodico/img_15623.jpg)
Las respuestas de las comunidades biológicas a las temperaturas crecientes son evidentes en los ambientes marinos tropicales, tales como los ecosistemas de los arrecifes de coral del Caribe. Las temperaturas cada vez más elevadas del agua marina causan un estrés fisiológico directo en los corales, y han facilitado las infecciones por bacterias y hongos patógenos. Cuando los corales sucumben, otras especies que dependen de ellos también se ven afectadas de forma negativa.
Las consecuencias potenciales de estos cambios en cascada son serias. La combinación de temperaturas más cálidas y los patrones de comportamiento alterados en la incidencia y propagación de estas enfermedades pone cada vez más especies en riesgo de extinción.
En cuanto a la salud humana, hay un riesgo evidente derivado de la progresiva ampliación del área geográfica con temperaturas lo bastante cálidas como para que prosperen en ella patógenos como los que provocan la malaria, el dengue y el cólera. En naciones donde esas enfermedades eran inexistentes o casi, el calentamiento global puede acabar introduciéndolas de manera permanente.
En la investigación también han trabajado Richard Ostfeld del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas en Millbrook, Nueva York, Pieter Johnson de la Universidad de Colorado en Boulder, Drew Harvell de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, y Susan Kutz de la Universidad de Calgary, la última institución en Canadá y las demás en Estados Unidos.
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