Artículo de Alfonso M. Corral, en ¡Cuánta Ciencia!, que recomendamos por su interés.
Al igual que somos diferente unos de otros, nuestros genes también lo son. Tan diferentes que incluso cuando compartimos la misma enfermedad hereditaria, los genes que la causan no tienen porqué tener las mismas mutaciones. Y esto, para los médicos que intentan encontrar una cura, puede suponer un escollo.
Así por ejemplo, para los famosos genes BRCA1 y BRCA2, causantes de cáncer de mama y ovario, los científicos tienen una base de datos en la que reúnen todas las variaciones que van encontrando. De este modo, conociendo la mutación de un paciente, el médico es capaz de saber qué progresión seguirá y qué tratamiento es el más adecuado.
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