Artículo, de Novedades en Psicología, blog del doctor en psicología Juan Moisés de la Serna, que recomendamos por su interés.
No sólo el cerebro se resiente al dormir poco. También lo hacen muchas otras partes del cuerpo, incluyendo el rostro.
De todos es conocido que necesitamos aproximadamente ocho horas de sueño para poder descansar y recuperarnos del día anterior. Si dormimos poco o nada una noche, tanto si es por dificultad en conciliar el sueño y así dar vueltas en la cama sin lograrlo, como si es por haber estado divirtiéndonos en una fiesta, en cualquier caso ello va a quedar reflejado en nuestro rostro al día siguiente.
Además de los efectos mentales evidentes como son la somnolencia, las consecuencias de no haber dormido lo necesario incluirán importantes efectos sobre nuestra cara.
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