Artículo en tres partes, del blog La Calidad Ambiental, que recomendamos por su interés.
Se define como biocombustible a todo aquel carburante obtenido a partir de biomasa agrícola o forestal, como fuente renovable de origen, ya sea en estado sólido, líquido o gaseoso, y que puede utilizarse en procesos de combustión, ya sea de forma directa o mezclado con otros combustibles.
En el artículo se empieza hablando de los biocombustibles que se encuentran hoy en día en el mercado a escala industrial, ya consolidados, y de una forma generalizada. Los protagonistas de esta categoría son el biodiesel y el bioetanol procedentes de semillas y plantas cultivados con esa finalidad.
Luego se habla de biocombustibles un poco más avanzados, esencialmente los elaborados a partir de biomasa celulósica, que requieren métodos de producción aún no lo bastante perfeccionados.
Y por último, es el turno de los biocombustibles provenientes de cultivos bioenergéticos, aún en fase de desarrollo e investigación, diseñados para mejorar la conversión de la biomasa en combustible, y de entre los que destaca el biodiesel generado a partir de algas.
En el artículo se analiza la situación actual de cada una de esas tres clases o generaciones de biocombustibles, sus ventajas y desventajas, y se aventuran pronósticos acerca de cuál podrá ser su situación futura.
El artículo, del blog La Calidad Ambiental, se puede leer
aquí (primera parte),
aquí (segunda parte) y
aquí (tercera parte).