Microbiología
Robo de nutrientes a una de las bacterias más grandes del mundo
Los individuos de esta especie suelen convivir con otros miembros de su estirpe, conformando así manojos largos y esponjosos de bacterias.
Las Thioploca se alimentan de nitrato, que absorben del agua, y cuando han obtenido su ración, se retiran a su guarida bajo el lecho marino. Las bacterias retroceden por su tubo o "vaina" con una longitud que puede alcanzar los 20 centímetros, hasta llegar al agujero del fondo marino que les sirve de refugio, y cuando necesitan nutrirse nuevamente, emergen de nuevo a través del tubo.
El equipo de Bo Thamdrup, del Centro Nórdico de Estudios de la Evolución de la Tierra en la Universidad del Sur de Dinamarca, y sus colegas del Pomona College en California, y de otras instituciones estadounidenses, ha hecho un hallazgo inesperado sobre esta bacteria gigantesca.
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El equipo de Thamdrup constató que una cantidad sorprendentemente grande de nitrato desaparecía en los puntos ocupados por estas "madrigueras" bacterianas, una cantidad demasiado elevada para atribuirla solo al consumo normal a cargo de estas bacterias enormes.
Cuando Thamdrup y sus colegas investigaron a fondo el caso, vieron que la Thioploca no es la única responsable del consumo del nitrato. Dentro de los tubos, los científicos encontraron que bacterias ajenas a esa especie, mucho más pequeñas, le robaban nitrato a la Thioploca cuando ésta se retiraba a su guarida con su provisión de nitrato. El misterio ha quedado pues aclarado.
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