Ecología
El estado de los ecosistemas marinos al final de este siglo
Los análisis anteriores sobre el futuro medioambiental de los océanos se han centrado primordialmente en el calentamiento de las aguas y su acidificación, perdiendo de vista las consecuencias biológicas y sociales del cambio climático, o abarcando solo las más obvias e inmediatas. Considerando la sinergia que puede darse entre diferentes fenómenos como el agotamiento del oxígeno disuelto en el agua de mar y un declive en la productividad de los ecosistemas oceánicos, el nuevo estudio muestra que, si bien en algunas zonas marítimas los efectos serán mayores y en otras menores, no habrá rincón alguno del conjunto de todos los mares del mundo que pueda permanecer ajeno a los impactos del cambio climático cuando el presente siglo toque a su fin.
"La mayor parte de las zonas sufrirá los efectos simultáneos del calentamiento, la acidificación, y el declive en los niveles de oxígeno y en la productividad", explica Camilo Mora, del equipo de investigación y profesor en la Universidad de Hawái en Manoa, Estados Unidos. Las consecuencias de estos cambios simultáneos en la biogeoquímica oceánica, tal como argumenta Mora, afectarán a innumerables aspectos de la biología marina, incluyendo la supervivencia de especies, su abundancia, su área de distribución geográfica, el tamaño de los organismos, la biodiversidad, y el funcionamiento mismo de los ecosistemas.
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Los efectos de estos cambios sobre la civilización humana presumiblemente serán muy graves. La pesca y el turismo estarán entre los principales sectores afectados. El estudio muestra que entre 470 y 870 millones de personas de entre las más pobres del mundo dependen para su subsistencia de los océanos, de los cuales obtienen de manera directa comida, trabajo, y por ende ingresos económicos, o viven en comunidades donde mucha gente subsiste gracias a los recursos marítimos.
Mora y Craig Smith, de la misma universidad, trabajaron con cerca de 30 científicos de instituciones de varios países, incluyendo a Chih-Lin Wei de la Universidad Conmemorativa de Terranova en Canadá, Lisa Levin del Instituto Scripps de Oceanografía, adscrito a la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, y Andrew Thurber de la Universidad Estatal de Oregón en el mismo país, para realizar el estudio.
De los muchos hábitats marinos analizados en el estudio, los investigadores han determinado que serán los arrecifes de coral, las "praderas" de algas, y otros hábitats costeros los que experimentarán los mayores cambios en la biogeoquímica oceánica, mientras que los hábitats de aguas más profundas experimentarán cambios más pequeños.
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