Biología
Descubren un reloj biológico con el que medir las edades de distintos tejidos humanos
Hasta ahora era difícil determinar la edad exacta de cada clase de tejido de un mismo cuerpo. La situación puede que pronto cambie drásticamente gracias al hallazgo de un reloj biológico incorporado en el genoma.
Este descubrimiento, obra de expertos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, podría además aportar nuevos y reveladores datos sobre por qué exactamente nuestros cuerpos envejecen y cómo podemos enlentecer el proceso. También podría ser de ayuda en investigaciones sobre el cáncer y sobre las células madre.
Los relojes biológicos empleados anteriormente se han basado en saliva, hormonas y telómeros.
La nueva investigación, a cargo del equipo del genetista Steve Horvath, es la primera en identificar lo que puede ser una herramienta útil predictiva de la edad y basada en un reloj biológico previamente desconocido. Mediante este sistema, se podría calcular con precisión la edad de diversos tipos de células, tejidos y órganos del cuerpo humano. Inesperadamente, usando esta nueva herramienta se ha mostrado ya que algunas partes de la anatomía envejecen claramente más rápido que el resto del cuerpo. Un ejemplo es el tejido mamario de las mujeres.El tejido mamario saludable es unos tres años más viejo que el resto del cuerpo femenino. Además, si una mujer padece cáncer de mama, el tejido sano cercano al tumor es en promedio 12 años más viejo que el resto del cuerpo.
Estos resultados podrían ayudar a explicar por qué el cáncer de mama es la forma más frecuente de cáncer en la mujer. Dado que el nuevo reloj biológico indica que, en promedio, la edad biológica del tejido tumoral es 36 años mayor que la del tejido sano del mismo cuerpo, esto también podría explicar por qué cuanto mayor es la edad de una persona, mayor es su riesgo de padecer cáncer.
Otro hallazgo llamativo es que la velocidad del reloj se acelera o ralentiza dependiendo de la edad de la persona. La marcha del reloj no es constante. Es mucho más rápida al nacer, y durante el crecimiento a lo largo de la infancia y la adolescencia. Luego, se enlentece hacia una marcha constante cuando se alcanzan los 20 años.
El siguiente paso de Horvath tras el descubrimiento de este reloj biológico es tan ambicioso como fascinante: Examinará si deteniendo este reloj se detiene también el proceso de envejecimiento.
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