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Martes, 19 de Noviembre de 2013
Neurología

Identifican el verdadero cerebro del matemático Carl Friedrich Gauss

A veces, ante casos de personas con una inteligencia extraordinaria, los neurólogos tienen interés en poder acceder al cerebro de esa persona una vez fallecida y estudiarlo a fondo, en un intento de discernir si en su estructura hay diferencias notables con los cerebros de la mayoría de los humanos. El cerebro de Albert Einstein es uno de tales cerebros. También lo es el de Johann Carl Friedrich Gauss (1777-1855), célebre matemático y astrónomo, pero en este caso muchas de las investigaciones que se han hecho sobre tal cerebro han quedado en entredicho ante la sorprendente revelación de que el verdadero cerebro de Gauss es otro.

Una grave confusión entre muestras de cerebros hizo que se haya venido considerando a muestras del cerebro del médico y académico Conrad Heinrich Fuchs como pertenecientes al de Gauss, y a la inversa. El intercambio accidental ocurrió probablemente poco después de la muerte de ambos hombres en 1855.

Así lo ha determinado la neurocientífica Renate Schweizer, del Instituto Max Planck para Química Biofísica en Gotinga, Alemania. Ella ahora ha identificado correctamente los dos cerebros, depositados en una colección custodiada en el Centro Médico de la Universidad de Gotinga. Trabajando con expertos de otras especialidades científicas, Schweizer ha documentado minuciosamente las rodajas de los cerebros valiéndose, entre otros recursos, de resonancia magnética por imágenes.

Por tanto, el cerebro que la comunidad científica ha examinado desde hace mucho tiempo creyendo que es el de Gauss, en realidad pertenece a Conrad Heinrich Fuchs, quien, como Gauss, falleció en 1855. Fuchs fue médico, académico, y fundador de la Colección de Patología Anatómica de la Universidad de Gotinga.

Schweizer hizo este descubrimiento inesperado sobre los cerebros de ambos científicos mientras trabajaba en su campo de investigación, la región cerebral denominada surco central. Las estructuras cerebrales conocidas como giros, que van a lo largo del surco central, son áreas donde el cerebro procesa estímulos como el tacto, el calor o el dolor, y desde donde controla los movimientos en buena parte. Schweizer sospechaba que el cerebro de Gauss presentaba una variación anatómica rara: una división visible del surco central. Esto se encuentra en menos de un 1 por ciento de la población. Normalmente esto no implica problemas para las personas que lo tienen, aunque en algunos pocos casos puede causar pequeños cambios en las funciones motoras y sensoriales.

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La litografía de Wagner que muestra el cerebro de Fuchs, a la izquierda, data de 1862. Su imagen del cerebro de Gauss, a la derecha, data de 1860. La imagen central es una reconstrucción reciente del cerebro de Gauss mediante resonancia magnética por imágenes. La zona cerebral que ha sido clave para la investigación está resaltada en amarillo. (Foto: © Jens Frahm y Sabine Hofer / Biomedizinische NMR Forschungs GmbH, 2013)

Schweizer observó una de estas divisiones del surco central en las imágenes obtenidas por resonancia magnética del cerebro que se creía que era el de Gauss, tomadas en 1998 por Jens Frahm y su equipo del laboratorio de investigación de Biomedizinische NMR Forschungs GmbH, y decidió corroborar su observación con la primera fuente documental histórica: Rudolf Wagner, un anatomista de Gotinga y amigo de Gauss. Wagner fue quien preparó las rodajas de los cerebros de Gauss y de Fuchs antes de estudiarlas y documentarlas con imágenes en informes técnicos publicados entre 1860 y 1862. Pero, al contrario de lo que ella esperaba ver, Schweizer no encontró la división del surco central en las imágenes del cerebro de Gauss preparadas por Wagner. En cambio, las imágenes de resonancia magnética que ella había analizado mostraban una coincidencia perfecta con las imágenes del cerebro de Fuchs preparadas por Wagner.

Cuando Schweizer visitó la colección en el Instituto de Ética e Historia de la Medicina, su sospecha inicial se confirmó: el verdadero cerebro de Gauss estaba en un recipiente de vidrio con la etiqueta "C. H. Fuchs", mientras que el cerebro de Fuchs estaba en un recipiente rotulado como "C. F. G__ss".

Schweizer, a partir de la información actualmente disponible, cree que los cerebros fueron colocados en los frascos equivocados no mucho tiempo después de los análisis de Wagner, cuando la corteza cerebral fue medida nuevamente. Luego, no hubo más estudios comparativos de los cerebros de Gauss y Fuchs, lo que explica por qué nadie se dio cuenta del error.

El descubrimiento de Schweizer demuestra hasta qué punto la conservación de las colecciones históricas es vital para investigaciones modernas. Si no se conservasen hoy en día esos dos cerebros, difícilmente se habría podido verificar el error arrastrado durante más de un siglo. "Es una suerte que los cerebros de la colección, los cuales están en perfectas condiciones, sean todavía accesibles para los investigadores más de 150 años después", subraya Schweizer.

Las imágenes de resonancia magnética de ambos cerebros, ahora correctamente identificados, también han permitido asumir que el alcance de los errores científicos derivados de la anterior identificación incorrecta de ambos cerebros es menor que el temido inicialmente. El neuropatólogo Walter Schulz-Schaeffer, quien encabeza la Unidad de Investigación de Priones y Demencia del Instituto de Neuropatología del Centro Médico de la Universidad de Gotinga, realizó un primer examen de las recientes imágenes de resonancia magnética y pudo confirmar que el cerebro de Gauss, al igual que el de Fuchs, es muy común anatómicamente hablando. Los dos cerebros también son similares en tamaño y peso. Los cambios relacionados con la edad en el cerebro de Gauss son los normales para un hombre de 78 años.

Ahora, los dos cerebros históricos, descansan por fin correctamente identificados en la colección de la universidad, y sin riesgo de un intercambio accidental futuro.

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