Astronomía
Una antigua antena para rastreo de misiles ayuda a detectar cambios extraños en un púlsar
Un púlsar es una estrella de neutrones que gira sobre sí misma tan deprisa que suele tardar mucho menos de 1 segundo en dar una vuelta completa. El púlsar emite, desde sus polos magnéticos, ondas electromagnéticas. La desalineación de los polos magnéticos con el eje de rotación de la estrella de neutrones hace que los haces de radiación giren como los focos de un faro marítimo, enviando pulsos de haces hacia los eventuales observadores distantes. El período entre cada pulso se corresponde con la velocidad de rotación de la estrella de neutrones. Las estrellas de neutrones, como su nombre indica, están compuestas principalmente de neutrones, el resultado de un colosal aplastamiento de materia por acción de la gravedad, y alcanzan densidades de más de un billón de veces la del plomo. Como consecuencia de ello, su diámetro es parecido a la distancia entre dos extremos de una gran ciudad. Estos exóticos astros, sólo superados en densidad por los agujeros negros, son núcleos hiperprensados de estrellas masivas que se quedaron sin combustible nuclear y se derrumbaron sobre sí mismas, sufriendo una explosión en forma de supernova.
El púlsar de la Nebulosa del Cangrejo es una estrella de neutrones que se formó en una gran explosión cósmica vista en Europa y China en el año 1054 de nuestra. Esta supernova fue tan brillante en el cielo terrestre que se veía durante el día. Actualmente gira dando 30 vueltas por segundo, emitiendo haces potentes de ondas de radio que, como la luz de un faro, se perciben desde la Tierra como destellos pulsantes, con la misma cadencia que las vueltas que el púlsar da sobre sí mismo cada segundo. Esta estrella de neutrones tiene solamente unos 25 kilómetros de diámetro, pero una masa que equivale a casi 1 millón de planetas con la misma masa de la Tierra.
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Éste es el radiotelescopio de 13 metros fabricado y usado con el propósito de rastrear misiles, pero que ahora está emplazado en el Observatorio Astronómico de Jodrell Bank, desde donde se ha usado para observar el púlsar de la Nebulosa del Cangrejo. (Foto: Universidad de Manchester)
El equipo del profesor Andrew Lyne, de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, ha culminado un análisis de 22 años de observaciones del púlsar, obteniendo nuevos y reveladores datos sobre su potente campo magnético así como pistas sobre el misterioso interior de la estrella de neutrones.
Los destellos o pulsos, vienen en pares. Las nuevas observaciones demuestran que está aumentando la separación de estos pares de pulsos en 0,6 grados por siglo, una velocidad de evolución inesperadamente grande. Los científicos han demostrado que esto significa que el polo magnético se está moviendo hacia el Ecuador.
Los astrónomos emplearon un telescopio de unos 13 metros (42 pies) que fue antiguamente utilizado para rastrear misiles en un polígono de pruebas de cohetes en Australia hasta 1981, cuando fue desmantelado, transportado y reensamblado en el Observatorio Astronómico de Jodrell Bank, Reino Unido, dependiente de la Universidad de Manchester.
Este púlsar tiene sólo 960 años, y aunque 22 años representan sólo una pequeña parte de su vida, es una fracción mucho mayor de la vida de un astro que la que los astrónomos suelen poder estudiar.
El aspecto más sorprendente de los cambios citados es lo rápido que han sucedido, teniendo en cuenta que el interior de la estrella de neutrones es un superconductor, y que cabía esperar que el campo magnético permaneciera inmovible en su posición durante mucho tiempo.
En el análisis también han trabajado Sir Francis Graham Smith, Christine Jordan y Patrick Weltevrede.
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