![[Img #1909]](upload/img/periodico/img_1909.jpg)
Después de un mes de lucha contra la radiactividad, la situación en la central nuclear de Fukushima, no se ha podido controlar con la rapidez que se esperaba, y el gobierno japonés ha asumido finalmente lo que bastantes expertos ya dictaminaban días o incluso semanas atrás:
El accidente nuclear no es de magnitud 5, sino 7, la máxima posible y la misma que alcanzó el desastre de Chernóbil.
Definida por algunos como "un Chernóbil a cámara lenta", la magnitud real del desastre en Fukushima y lo mucho que se tardará en aislar la central y descontaminar someramente sus alrededores, implican una cantidad total de emisiones radiactivas mayor de lo que se preveía al principio.
El agua de mar arrojada a los reactores para enfriarlos fue una medida desesperada, que evitó escapes de radiactividad peores que los registrados.
Pero el precio ha sido tener que bregar con una ingente masa de agua radiactiva.
Arrojar una parte de ella al mar, ante la aparente imposibilidad de almacenarla toda en sitios alternativos con la suficiente rapidez, ha aliviado un poco la situación en la central, aunque a costa de aumentar la suma total de emisiones radiactivas.
En la imagen, dos de los reactores dañados. Foto: Copyright © 2011
GeoEye.