Artículo, de Psy’n'thesis, blog del doctor en psicología Antonio Crego, que recomendamos por su interés.
El mito del buen salvaje dice que nacemos en un estado de inocencia, que somos “buenos” por naturaleza, y que la inserción en una sociedad artificial y decadente va deteriorando esta personalidad naif y a la vez encantadora, a medida que crecemos.
Pero, ¿es realmente un “mito”? Un estudio aparecido en Nature el pasado año indicaba que nuestro primer impulso, cuando no nos paramos mucho a pensar, es el de cooperar con nuestros semejantes; mientras que cuando somos reflexivos y tomamos las decisiones lentamente, o sea cuando nos paramos a pensar y reparamos en los costes, entonces ya no mostramos un comportamiento tan prosocial. Se diría que nuestro “buen salvaje interior” aún pugna por salir a la superficie, en aquellos momentos en que nuestras calculadoras capacidades reflexivas no están al tanto para hacer de contrapeso.
Una nueva investigación aporta datos interesantes al respecto.
El artículo, de Psy’n'thesis, blog de Antonio Crego, doctor en psicología, se puede leer
aquí.