Artículo (partes 1 y 2) del blog La Calidad Ambiental, que recomendamos por su interés.
Dentro de las energías renovables, probablemente el más desconocido y menos aprovechado escenario en la actualidad sea el mar.
Este entorno, sin embargo, presenta las condiciones adecuadas para aportar cantidades ingentes de energía renovable, en muchas ocasiones incluso con mayor potencial y estabilidad que las clásicas renovables como son la solar o la eólica, que tradicionalmente han tenido en tierra firme su escenario principal o incluso exclusivo.
Y es que las posibilidades energéticas son múltiples, y las opciones tecnológicas también muy diversas, con propuestas cada vez más avanzadas para hacer frente a un duro medio, el marino, que sin embargo tiene mucho que aportar.
En este extenso y detallado artículo se exponen las diversas formas de energía aprovechable que ofrece el mar, así como el estado tecnológico actual de cada uno de esos tipos:
Dos energías renovables clásicas tienen en el mar un escenario adicional:
La energía del viento. El viento en alta mar es hasta un 40 por ciento más frecuente y regular que en la tierra, por lo que un parque eólico instalado en alta mar es mucho más eficiente y constante en la generación energética que uno instalado en tierra.
La energía del sol. Aunque no parece que por lo pronto este medio acuático sea tan propicio para esta tecnología como los cursos fluviales o, sobretodo, las presas y lagos tierra adentro, proyectos recientes han descubierto que la energía solar y el agua no tienen por qué estar reñidas, pudiendo ser incluso grandes socias. Emplazando paneles solares en la superficie del agua, se produciría una refrigeración constante y sostenida del panel, lo que según algunos estudios preliminares podría llegar a incrementar el rendimiento en la generación en hasta un 16 por ciento. Por otro lado, su ubicación en el agua no ocupa terrenos y permite abaratar materiales.
Además, el mar cuenta con fuentes propias de energía renovable:
La energía de las mareas y las corrientes marinas.
La energía de las olas.
La disolución del agua dulce de los ríos en el agua salada del mar, un proceso del que puede extraerse energía.
El aprovechamiento del gradiente térmico existente en los océanos entre el agua superficial (donde el agua captura y acumula la mayor parte de la energía solar) y el agua profunda (donde tienden a darse los valores más bajos de temperatura).
El artículo, del blog La Calidad Ambiental, se puede leer
aquí (primera parte) y
aquí (segunda parte).