Astronomía
Está naciendo un enorme cúmulo de estrellas a 36.000 años-luz de la Tierra
Mediante el SMA (Smithsonian's SubMillimeter Array, o Conjunto Submilimétrico Smithsoniano), se ha conseguido vislumbrar lo que hay justo al otro lado de esta densa cortina de polvo, y de este modo conocer algunos de los asombrosos rasgos de este vivero de estrellas.
El núcleo de W49A alberga un cúmulo enorme y sorprendentemente compacto de estrellas. Unas 100.000 estrellas ya existen dentro de un espacio de tan sólo 10 años-luz. La diferencia es brutal con respecto a la zona del cosmos donde vivimos, en la cual hay menos de 10 estrellas a 10 años-luz de nuestro Sol. En unos pocos millones de años, el cúmulo gigante de estrellas en W49A estará tan atestado de soles como un cúmulo globular.
El SMA también ha revelado una intrincada red de filamentos abasteciendo de gas el centro, de un modo que recuerda bastante a los afluentes que alimentan de agua a los grandes ríos de la Tierra. Los filamentos gaseosos en W49A forman tres grandes corrientes, que, a una velocidad de unos 7.200 kilómetros por hora (unas 4.500 millas por hora), o alrededor de 2 kilómetros por segundo, transportan hacia el interior de W49A material para la construcción de estrellas.
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Sector central de W49A. La región más brillante en el centro de la imagen mide menos de tres años-luz de diámetro, y sin embargo contiene tanta cantidad de gas molecular como 50.000 soles. (Foto: Roberto Galván Madrid, ESO / Hauyu Baobab Liu, ASIAA / Tzu-Cheng Peng, ESO)
El SMA ha permitido trazar un mapa muy detallado del gas molecular dentro de W49A. Las observaciones indican que la zona de 30 años-luz en el centro mismo de W49A tiene una densidad varios cientos de veces mayor que la densidad reinante en las nubes moleculares típicas de la Vía Láctea. En total, la nebulosa contiene una cantidad de gas equivalente a 1 millón de soles, principalmente hidrógeno molecular.
Dado que es tan compacto, el cúmulo naciente en W49A podría permanecer intacto durante miles de millones de años.
La investigación la ha llevado a cabo un amplio equipo que incluye, entre otros científicos, a Roberto Galván Madrid, del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, Hauyu Baobab Liu del Instituto de Astronomía y Astrofísica (ASIAA) dependiente de la Academia Sínica, en Taiwán, y Qizhou Zhang, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, las tres instituciones en Estados Unidos.
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