Biología
Descubren una señal bacteriana que incita a animales a adherirse al casco de barcos
En sólo unos meses, la parte sumergida del casco de un barco puede quedar completamente cubierta de organismos marinos. Se calcula que esto significa un aumento en el consumo de combustible de un 28 por ciento y aporta, en promedio, emisiones adicionales de CO2 calculadas en unos 250 millones de toneladas anuales. En cuanto al costo económico que el consumo extra de combustible tiene para la marina mercante, se calcula que supera los 200.000 millones de dólares anuales.
Ahora, unos especialistas del Laboratorio Marino de Kewalo, dependiente de la Universidad de Hawái en Manoa, junto con científicos del Instituto Médico Howard Hughes y el Instituto Tecnológico de California (Caltech) en Pasadena, de Estados Unidos todas estas entidades, han descubierto un activador biológico del biofouling.
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El biofouling, en el caso de este animal, comienza cuando las larvas flotantes entran en contacto con una biopelícula formada por un microbio en superficies de acero, plástico, y vidrio en aguas tranquilas del océano.
En el nuevo estudio se ha logrado aislar las bases genéticas de esta nueva forma de interacción bacteria-animal.
Hadfield y sus colaboradores han estado estudiando la mercierella o gusano de tubo de la especie Hydroides elegans desde 1990. En su laboratorio, los investigadores cultivaron cepas de bacterias para identificar los genes específicos que están involucrados en el proceso que impulsa a las larvas de H. elegans a abandonar su forma de vida basada en nadar libremente por el mar y "convencerlas" para comenzar una nueva y sedentaria fase de su vida, adheridas a superficies duras.
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