Ciencia de los Materiales
Nuevos imanes permanentes moleculares
Los imanes permanentes presentan aplicaciones tecnológicas variadas y de enorme impacto económico, y emplean lo que llamamos tierras raras. Estos elementos son, sin embargo, muy escasos y costosos y su producción y comercio está dominado por China. Los científicos europeos se enfrentan, desde hace años, al reto de dar con nuevos materiales adecuados para fabricar imanes permanentes que prescindan de estas tierras raras.
Los materiales desarrollados en el estudio están formados por la unión de dos tipos de moléculas formadas por átomos de manganeso y cromo, así como por otras moléculas orgánicas. Cada una de estas moléculas se ha diseñado en el laboratorio con propiedades similares a las que el hierro y las tierras raras aportan a los imanes actuales.
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Uno de los hallazgos más importantes, y en cierto modo sorprendentes, es que, por separado, ninguna de ellas se comporta como un imán. Sin embargo, su integración en un material híbrido da lugar a este comportamiento, si bien a temperaturas todavía muy bajas (del orden de -270 ºC).
Los imanes permanentes forman parte esencial de motores eléctricos, como los que usamos al subir las ventanillas de nuestro coche, y de los generadores que transforman energía térmica o hidráulica en la corriente eléctrica que llega a nuestras casas. Sin olvidar las notitas que colgamos en la puerta de la nevera.
Durante el siglo XX, la eficiencia de los imanes permanentes (es decir, qué cantidad de imán se necesita para una aplicación determinada) ha aumentado de forma espectacular, especialmente tras el descubrimiento de aleaciones de hierro y tierras raras, como neodimio o samario. (Fuente: ICMA)