Microbiología
Descubren una bacteria capaz de lograr mejoras drásticas en procesos químicos industriales y de biosaneamiento
Las bacterias utilizan elementos que son muy tóxicos para los humanos, como el antimonio y el arsénico, en vez de oxígeno, una capacidad que les permite sobrevivir enterradas en el lodo de un manantial termal en ese singular lago.
El equipo de James Hollibaugh y Chris Abin ve factible aprovechar estas cualidades de las bacterias para fabricar productos útiles a partir de diferentes elementos.
El antimonio, por ejemplo, es un metal de color plateado que es ampliamente utilizado por numerosos sectores industriales, para fabricar plásticos, caucho vulcanizado, materiales ignífugos y numerosos componentes electrónicos, incluyendo células solares y LEDs. Para elaborar estos productos, hay que convertir al antimonio en trióxido de antimonio, y la nueva bacteria es capaz de producir dos tipos muy puros de trióxido de antimonio cristalino perfectamente utilizable por la industria.
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Los métodos químicos tradicionales empleados para convertir el mineral de antimonio en trióxido de antimonio tienden a resultar costosos, consumen mucho tiempo y a menudo generan subproductos nocivos. En cambio, la bacteria descubierta por los científicos de la Universidad de Georgia produce el trióxido de antimonio de manera natural, como consecuencia de su "respiración", creando así un útil producto de uso industrial y sin generar subproductos nocivos ni requiriendo un arsenal de equipamiento industrial especializado.
Además, los cristales de trióxido de antimonio producidos por esta bacteria son muy superiores a los cristales producidos por cualquier método químico empleado actualmente.
Hollibaugh y Abin piensan que podría ser posible para la industria mantener grandes cultivos de esta bacteria en tanques de almacenamiento, alimentándolos con óxido de antimonio y sin que requieran grandes cuidados, para así obtener los cristales de trióxido de antimonio que se forman de manera natural. Después de recolectar los cristales de trióxido de antimonio, los operarios de la fábrica solo necesitarían seguir alimentando a estos cultivos con más óxido de antimonio para mantener el proceso en marcha de modo autosuficiente.
Las pruebas preliminares sugieren que las bacterias podrían utilizarse para eliminar esos agentes contaminantes de las aguas residuales y proteger a los ecosistemas circundantes.
Las bacterias podrían emplearse simplemente para limpiar el agua, pero también podrían ayudar al reciclaje y recuperación de elementos valiosos presentes en tales aguas.
Abin y Hollibaugh advierten que antes de poner en práctica todas estas aplicaciones hay que investigar un poco más. Actualmente, la Universidad de Georgia está buscando empresas interesadas en colaborar en el paso de esta tecnología del laboratorio a la fábrica, así como para buscar y validar otros usos prácticos de la misma. Las empresas interesadas en obtener más información sobre el uso comercial de esta tecnología, pueden contactar con Gennaro Gama, cuya dirección de email es "gjg", seguida por la arroba ("@") y por último el nombre del dominio: uga.edu.
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