Psicología
Narcisismo y dotes de líder, ¿dónde está la frontera?
Por otro lado, hay académicos que señalan que la confianza en uno mismo que acompaña al narcisismo es esencial para un liderazgo exitoso.
Las investigaciones previas han arrojado resultados diversos. Algunos estudios mostraron que el narcisismo se relaciona con resultados pobres en la actividad de una organización. En cambio, otros hallaron que los líderes narcisistas son más efectivos.
En un nuevo estudio, se ha explorado a fondo este polémico tema, con el objetivo de intentar responder de manera concluyente a la pregunta: ¿Los narcisistas son buenos líderes?
El equipo de Peter Harms, de la Universidad de Nebraska-Lincoln, Emily Grijalva, Daniel A. Newman y R. Chris Fraley, de la de Illinois, y Blaine H. Gaddis de la empresa Hogan Assessment Systems, todas estas entidades en Estados Unidos, revisaron la literatura científica existente, incluyendo investigaciones actuales y pasadas.
No tardó en perfilarse una tendencia: A pesar de que los narcisistas son más propensos a alcanzar posiciones de liderazgo, no existe una relación directa entre el narcisismo y un liderazgo exitoso.
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La investigación también descubrió una relación no lineal entre el narcisismo y la efectividad del liderazgo, usando información que aún no había sido analizada de Hogan Assessment Systems, una consultora especializada en la evaluación de personalidad para la selección de recursos humanos, en Tulsa, Oklahoma. Específicamente, el estudio mostró que los jefes con niveles de narcisismo extremadamente altos o extremadamente bajos eran líderes de escaso éxito.
Los resultados de la nueva investigación son, por tanto, claros: La respuesta a la pregunta es que el narcisismo es bueno o malo dependiendo sobre todo de su intensidad. En cantidades moderadas puede dar buenos resultados. Muy poco narcisismo hace ver a un líder como inseguro o vacilante, pero niveles muy altos lo pueden convertir en una persona tiránica e incapaz de asumir sus propios errores. En cambio, quienes presentan niveles moderados logran un buen equilibrio, que los lleva a tener suficiente autoconfianza pero sin adolecer de los aspectos negativos y antisociales del narcisismo, entre los que figuran el menospreciar a otros para sentirse bien con uno mismo.
Quienes tienen a su cargo las contrataciones y promociones dentro de una organización deberían actuar con precaución ante un candidato narcisista.
En una entrevista de trabajo en la que un narcisista opta a acceder a un puesto de trabajo parecerá una persona muy brillante. Pero es solo una falsa apariencia. Si los pequeños detalles delatadores de su ego insaciable pasan desapercibidos en la entrevista y se le contrata, pronto quedará claro que no es en absoluto lo que pretendía ser. Su eficiencia será mucho menor de la que él presumía tener, causará malestar entre sus subordinados y demás compañeros de trabajo, será una persona de trato difícil, y su propio narcisismo le llevará a tomar decisiones demasiado arriesgadas, o abiertamente insensatas, con los consiguientes peligros para la empresa, movido por su convencimiento megalómano de que él no puede equivocarse porque es infalible y el mejor.
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