Artículo, de Psy’n'thesis, blog del doctor en psicología Antonio Crego, que recomendamos por su interés.
Si vemos a alguien que está atemorizado y le preguntamos por la causa de su miedo, probablemente en su respuesta se refiera al estímulo que “le pone de los nervios”. Quizá, de manera ostensible, apunte al animal -un reptil, una araña-, al objeto -una jeringa-, a la situación -una tormenta- o a cualquier otra cosa que figure en su repertorio de temores. “Estoy así por culpa de los rayos y los truenos”-nos dirá.
Pero a veces el lenguaje nos confunde. Sabemos qué nos da miedo, pero no sabemos identificar tan fácilmente el porqué. Aunque recurramos a ellos como explicación del temor, el reptil, la araña, la jeringa o la tormenta, simplemente, son los estímulos que activan la respuesta de ansiedad; pero no su causa.
El artículo, de Psy’n'thesis, blog de Antonio Crego, doctor en psicología, se puede leer
aquí.