Viernes, 19 de Septiembre de 2025

Actualizada Viernes, 19 de Septiembre de 2025 a las 16:46:02 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Jueves, 27 de Febrero de 2014
Geología

¿Almacenar bajo el subsuelo marino todo el CO2 extra generado por la actividad industrial?

Si la humanidad no pone en marcha de una vez por todas un recorte contundente de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, la temperatura de la Tierra subirá hasta cruzar un umbral crítico, y aunque luego cesen las emisiones pueden pasar varios milenios hasta que la temperatura vuelva a bajar hasta sus valores normales. Recurrir a una forma drástica de librarse del CO2, la de capturarlo y almacenarlo bajo tierra, es peligroso pero también tiene el atractivo de ser una solución expeditiva, y acaso en un futuro no muy lejano constituya la única opción disponible para salvar la situación si fracasa el cumplimiento de todas las medidas preventivas propuestas.

Sin embargo, cualquier plan para diseñar y hacer funcionar un programa a escala industrial para almacenar cantidades gigantescas de CO2 bajo tierra se enfrenta a serios desafíos tecnológicos. Una barrera importante es encontrar una manera de almacenar de forma estable grandes cantidades de CO2 durante siglos o incluso más tiempo.

En un nuevo estudio realizado con modelos digitales, el equipo de la investigadora Chiara Marieni, del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton, adscrito a la Universidad de Southampton y al Consejo de Investigación del Medio Natural (NERC), las tres entidades en el Reino Unido, ha llegado a la conclusión de que en al menos cinco lugares del mundo se puede almacenar CO2 en estado líquido en el subsuelo del fondo marino. El equipo sugiere que cada uno de estos cinco lugares potenciales podría almacenar, según estimaciones conservadoras, las emisiones antropogénicas de CO2 de varios siglos.

A medida que su presión aumenta, o que disminuye su temperatura, la densidad del CO2 se eleva drásticamente. Sin embargo, la densidad del agua de mar permanece relativamente estable. Entonces, con la combinación adecuada de temperatura y presión, el CO2 se vuelve más denso que el agua de mar. Si se inyectara este gas dentro de un lugar del fondo marino con las condiciones adecuadas, que son esencialmente una profundidad de al menos 2.500 metros (8.202 pies) y una temperatura de entre 0 grados centígrados (32 grados Fahrenheit) y 30 grados centígrados (86 grados Fahrenheit), el dióxido de carbono permanecería gravitacionalmente estable.

[Img #18482]
Estimando las temperaturas en la parte superior de la corteza oceánica, Chiara y sus colegas identificaron regiones donde podría ser posible almacenar de forma estable grandes cantidades de CO2 en los basaltos. Estas rocas fracturadas tienen altas proporciones de cavidades, y con el tiempo también pueden reaccionar con el CO2 de manera que éste quede atrapado en el carbonato de calcio sólido, evitándose así de modo permanente que escape al océano o a la atmósfera. Como precaución, Chiara refinó su selección, obteniendo así lugares que tienen la protección adicional de capas gruesas de sedimentos impermeables capaces de evitar que se escape el gas.

Valiéndose de mediciones existentes, los autores del estudio han combinado los requerimientos de presión, temperatura, y rasgos de los sedimentos, para obtener el perfil del tipo de lugar idóneo, y ya han encontrado varios lugares donde grandes cantidades de dióxido de carbono podrían ser almacenadas durante siglos o incluso más tiempo. Estos investigadores han identificado cinco regiones potenciales frente a las costas de Australia, Japón, Siberia, Sudáfrica y las Islas Bermudas. Los tamaños de esas zonas del fondo marino oscilan entre medio millón de kilómetros cuadrados y casi cuatro millones de kilómetros cuadrados. Estos puntos del subsuelo marino tienen el potencial para almacenar desde décadas hasta siglos de emisiones industriales de dióxido de carbono, aunque un inconveniente es que las zonas con mayor capacidad de almacenamiento están lejos de la costa.

Los resultados de la investigación son prometedores, pero, tal como admite Chiara, es necesario seguir investigando estos sitios para medir con precisión las condiciones de los sedimentos locales y tomar muestras del basalto subyacente antes de poder confirmar este potencial.

Para evitar que el CO2 se escape al océano y aumentar la seguridad de esta estrategia, Marieni, Timothy J. Henstock y Damon A.H. Teagle también sugieren atrapar físicamente el gas. Si el CO2 se inyectara bajo varios cientos de metros de sedimentos, dentro de la capa porosa del subsuelo, no sólo sería gravitacionalmente estable, sino que también quedaría atrapado bajo los sedimentos de escasa permeabilidad, que actuarían a modo de tapa de recipiente.

Información adicional

Copyright © 1996-2022 Amazings® / NCYT® | (Noticiasdelaciencia.com / Amazings.com). Todos los derechos reservados.

Depósito Legal B-47398-2009, ISSN 2013-6714 - Amazings y NCYT son marcas registradas. Noticiasdelaciencia.com y Amazings.com son las webs oficiales de Amazings.

Todos los textos y gráficos son propiedad de sus autores. La reproducción está permitida solo si se incluye el crédito de la fuente (NCYT Amazings) y un enlace dofollow hacia la noticia original.

Excepto cuando se indique lo contrario, la traducción, la adaptación y la elaboración de texto adicional de este artículo han sido realizadas por el equipo de Amazings® / NCYT®.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.