Astronomía
El choque de cometas explica la sorprendente presencia de aglomeraciones de gas descubiertas por ALMA
Beta Pictoris, una estrella cercana ubicada a unos 63 años-luz de la Tierra, fácilmente detectable a simple vista en el cielo austral, ya es aclamada como el arquetipo de un sistema planetario joven. Fue una de las primeras estrellas descubiertas rodeada por un gran disco de restos polvorientos y se sabe que alberga un planeta orbitando a unos 1.200 millones de kilómetros.
Nuevas observaciones llevadas a cabo con ALMA muestran que el disco está impregnado de monóxido de carbono. Paradójicamente, la presencia de este gas, tan nocivo para los seres humanos en la Tierra, indicaría que el sistema planetario de Beta Pictoris podría convertirse en un buen hábitat para albergar vida. El bombardeo de cometas que están sufriendo los planetas del sistema puede estar proporcionándoles agua, lo que podría permitir el desarrollo de vida.
Pero el monóxido de carbono se descompone rápidamente y con facilidad debido a los rayos ultravioletas de las estrellas, por lo que solo puede perdurar unos 100 años en las zonas del disco de Beta Pictoris donde ha sido observado. Encontrarlo en este disco de 12 millones de años, es una gran sorpresa. ¿De dónde proviene y por qué está aún ahí?
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"A menos que estemos viendo a Beta Pictoris pasando por un momento muy inusual, el monóxido de carbono debe estar siendo repuesto de manera continua", afirma William R. F. Dent, astrónomo de ALMA (Oficina Conjunta de ALMA, Santiago, Chile) y autor principal del artículo publicado en la revista Science. "La fuente más abundante de monóxido de carbono en un sistema solar joven son las colisiones entre cuerpos helados, desde cometas hasta objetos mayores de tamaño planetario".
Pero el ritmo de destrucción debe ser muy alto: "Para obtener la cantidad de monóxido de carbono que estamos observando, el ritmo de colisiones debería ser verdaderamente sorprendente: una colisión de un cometa de gran tamaño cada cinco minutos", señala Aki Roberge, astrónomo del Centro de Investigación Goddard de la NASA (Greenbelt, EE.UU.) y coautor del artículo. "Para alcanzar este número de colisiones, debería tratarse de un enjambre de cometas muy compacto y masivo".
Pero hay otra sorpresa en los datos aportados por ALMA. No solo se descubrió el monóxido de carbono, sino que además se mapeó su ubicación en el disco gracias a su capacidad única de medir de manera simultánea tanto la posición como la velocidad del objeto observado. Así se determinó que el gas se encuentra concentrado en un grumo compacto. Esta concentración se encuentra a 13.000 millones de kilómetros de su estrella, lo que supone tres veces la distancia entre Neptuno y el Sol. El motivo por el cual el gas se encuentra en ese pequeño espacio tan lejos de la estrella es un misterio.
Ambas posibilidades dan razones a los astrónomos para ser optimistas y creer que hay varios planetas más esperando ser descubiertos alrededor de Beta Pictoris. "El monóxido de carbono es solo el principio: pueden haber otras moléculas pre-orgánicas más complejas liberadas por esos cuerpos helados", añade Roberge.
Se esperan más observaciones con ALMA, que aún no alcanza todo su potencial. "ALMA debería permitirnos observar otras emisiones como ésta y determinar cuándo y cómo los cometas liberan gas, y en principio agua, al interior de sistemas solares jóvenes, donde planetas rocosos podrían albergar vida". Esto podría arrojar más luz sobre este misterioso sistema planetario, ayudando así a comprender qué condiciones se dieron durante la formación de nuestro Sistema Solar. (Fuente :ALMA/DICYT)