Astronomía
Ningún indicio de la existencia de Némesis ni de la del Planeta X
Durante mucho tiempo, se especuló con la idea de que dicho astro hipotético de gran masa podía ser un planeta gigante gaseoso, al que se ha venido llamando Planeta X o Tyche, o incluso un objeto de masa algo inferior a la mínima de una estrella (una enana marrón) o una estrella enana roja de brillo sumamente débil, a la que se ha venido llamando Némesis. La existencia de Némesis o de un astro lo bastante masivo en las cercanías de nuestro sistema solar, y con una órbita muy alargada, que le permitiera "arrastrar" cuerpos menores muy lejanos y desviar sus órbitas en dirección al Sol, habría permitido explicar la aparente periodicidad (unos 26 millones de años) en el aumento de la cantidad de cuerpos menores situados más allá de Plutón que incursionan en las inmediaciones de la Tierra y colisionan contra ella.
En el estudio reciente, que incluyó un examen de los datos del WISE en luz infrarroja obtenidos de todos los sectores del cielo, no se ha encontrado ningún objeto del tamaño de Saturno o mayor en un radio de cerca de 60 días-luz de distancia a la Tierra (unas 10.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol, o unas 250 la que separa Plutón del Sol), ni tampoco objetos más grandes que Júpiter en un radio de unos 150 días-luz (26.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol).
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Este gráfico muestra qué tipos de objetos puede o no puede ver el WISE a ciertas distancias respecto al Sol. Por ejemplo, si existiera un planeta con una masa como la de Júpiter a 10.000 unidades astronómicas, el WISE lo habría visto fácilmente. Pero el satélite no lo habría podido ver si estuviese a 100.00 unidades astronómicas, debido a que su brillo en las longitudes de onda observables sería demasiado débil. (Imagen: Janella Williams, Universidad Estatal de Pensilvania)
Todo apunta, por tanto, a que ni los confines del sistema solar ni el vecindario más cercano a éste, hasta casi medio año-luz de distancia, albergan un planeta gaseoso gigante, o una estrella pequeña compañera del Sol, tal como ha dictaminado el equipo de Kevin Luhma, del Centro de Exoplanetas y Mundos Habitables de la Universidad Estatal de Pensilvania en University Park, Estados Unidos.
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