Neurología
Confirman cuál es la parte del cerebro humano que se ocupa de procesar caras de personas
Poder identificar a las personas por su rostro es vital para las interacciones sociales, y ésta es una de las principales razones por las que los científicos tratan de averiguar cómo nuestro cerebro procesa la identidad facial. En un nuevo estudio, se ha profundizado en los entresijos del procesamiento cerebral de rostros.
Usando técnicas convencionales, si se mide la actividad global del cerebro humano cuando se observa un rostro, ésta no se diferencia de la actividad cerebral registrada cuando se observa un rostro distinto.
Por eso, el equipo de Bruno Rossion del Instituto de Psicología y el Instituto de Neurociencias, Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, usó un método en el que la actividad cerebral registrada durante la repetición del mismo rostro se compara con la registrada durante la presentación de rostros diferentes en una sucesión.
Durante el experimento, a 12 participantes se les mostró una serie de rostros que aparecían con una frecuencia de 3,5 rostros por segundo. El resultado evidenció que la señal cerebral registrada a esa frecuencia de aparición de los rostros sólo era mucho mayor cuando se mostraba una secuencia de rostros diferentes y no cuando se repetía un mismo rostro.
El equipo de investigación se sorprendió por la gran diferencia de actividad cerebral entre las dos situaciones, obtenida sólo después de un minuto y medio de pruebas. También les llamó la atención que esa diferencia no se producía cuando las caras eran presentadas invertidas (cabeza abajo).![[Img #2091]](upload/img/periodico/img_2091.jpg)
En el estudio también se ha confirmado que la región para la percepción de rostros se encuentra principalmente en la parte posterior del hemisferio derecho del cerebro.
Tener mermada la habilidad para reconocer rostros de personas bien conocidas es un problema común en casos de daños súbitos en esa parte del cerebro, así como cuando se padecen trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, y también cuando se sufren trastornos sociales como el autismo.


