Climatología
El papel térmico de los ríos en el deshielo veraniego del Océano Ártico
Este proceso que ocurre en el Ártico es muy distinto a lo que sucede en la Antártida, un continente helado sin grandes ríos. La capa de hielo en el Océano Antártico ha permanecido relativamente estable, mientras que el hielo del Océano Ártico ha estado menguando rápidamente durante la última década.
Así pues, los resultados del estudio realizado por el equipo de Son Nghiem, del JPL (Jet Propulsion Laboratory, o Laboratorio de Propulsión a Chorro) de la NASA en Pasadena, California, Estados Unidos, indican claramente que los ríos son eficaces transmisores de calor, trasladándolo a través de las vastas cuencas del Hemisferio Norte. Estas cuencas sufren el calentamiento continental en el verano, y una parte importante de la energía que reciben la liberan en el Océano Ártico, acelerando de esta forma la fusión del hielo de mar.
Pero los impactos de estas aguas cálidas se están incrementando debido a tres factores. En primer lugar, el volumen global del agua descargada por los ríos en el Océano Ártico ha aumentado. En segundo lugar, los ríos se están tornando más cálidos a medida que sus cuencas se calientan. Y en tercer lugar, la cubierta de hielo del Ártico es cada vez más delgada y fragmentada, por lo que resulta más vulnerable a la fusión rápida.
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Conforme los ríos calientan con su aportación las aguas oceánicas, contribuyendo a una mayor pérdida del hielo Ártico, la superficie del mar pierde reflectividad (el hielo blanco refleja mejor la radiación solar que el agua, más oscura). Esta pérdida de reflectividad hace que el mar absorba una mayor cantidad de calor proveniente del Sol, lo que a su vez causa una aceleración aún mayor del proceso de fusión del hielo, estableciéndose así un círculo vicioso.
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