Antropología
Rastreo profundo de la historia demográfica humana gracias a una nueva técnica de arqueología genómica
Se ha inventado una nueva técnica para analizar genomas de poblaciones diferentes. Gracias a ella, por primera vez los especialistas en arqueología genómica pueden inferir la historia y el tamaño de una población usando genomas individuales, una técnica que se apoya en menos conjeturas que los métodos existentes, permitiendo así obtener datos más fiables y detallados. Esta técnica puede proporcionar una nueva perspectiva sobre la historia de la humanidad desde 10.000 años atrás hasta hace un millón.
La técnica ha sido puesta a prueba en un estudio a cargo del equipo de Richard Durbin del Instituto Wellcome Trust Sanger.
Uno de los principales hallazgos de este estudio es que las poblaciones africanas y no africanas continuaron intercambiando material genético hasta mucho después de la migración hacia fuera de África hace unos 60.000 años. Esto demuestra que el mestizaje entre estos grupos continuó hasta mucho después del éxodo original.
El equipo secuenció y comparó cuatro genomas de varones, de China, Europa, Corea y África Occidental respectivamente.
Los investigadores detectaron un aumento poblacional aparente en la época en que los humanos modernos aparecieron en África hace más de 100.000 años.
También hay evidencias de que, aunque las poblaciones africanas y las no africanas podrían haber comenzado a diferenciarse unas de otras hace entre 100.000 y 120.000 años, en gran medida se mantuvieron como una sola población hasta hace entre 60.000 y 80.000 años aproximadamente.
Por otra parte, al examinar a individuos no africanos de Europa y Asia oriental, los investigadores han constatado un historial compartido de reducción drástica de la población en el pasado. De esta reducción crítica, o cuello de botella, que comenzó hace unos 60.000 años, también existen otras evidencias, obtenidas en diversas investigaciones anteriores.
Pero, a diferencia de estudios anteriores, el nuevo también aporta evidencias de que el intercambio genético con poblaciones africanas continuó durante decenas de miles de años después del cuello de botella inicial fuera de África, y hasta hace entre 20.000 y 40.000 años.