Astronáutica
Gran Enciclopedia de la Astronáutica (138): Agua
Agua
Química
Esencial para la aparición y el desarrollo de la vida en nuestro planeta, el agua es igualmente necesaria para la supervivencia diaria de los organismos que viven en ese medio. Su molécula, compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, es muy estable pero cambia fácilmente de estado en función de la temperatura del entorno. Para que sea útil para la vida, debe permanecer generalmente en forma líquida, y así es como deberá estar disponible si los astronautas de una misión espacial deben poder consumirla.
Si bien se ha utilizado como fluido refrigerante en circuitos electrónicos de naves espaciales, por ejemplo en la cápsula lunar Apolo, la mayor parte del agua necesaria en una misión corresponde a aquella que deberán consumir los tripulantes. Se ha calculado que una persona necesita una ingesta de al menos uno a dos litros diarios de agua para una vida saludable. Transportar esta cantidad para varios inquilinos durante varios días puede ser, por tanto, un problema logístico, debido a su masa, y aún más si el destino es otro planeta, con viajes que pueden durar meses.
Esta es una de las razones por las que las agencias espaciales han invertido muchos esfuerzos en reciclar el agua utilizada a bordo de un complejo orbital, donde las estancias pueden prolongarse durante muchas semanas. En este sentido, ya existen equipos en funcionamiento y en el espacio que recuperan el agua procedente de la orina o de la humedad ambiental, por ejemplo, proporcionando una pureza tal que permite que pueda beberse sin ningún problema.
El agua puede transportarse desde la Tierra mediante naves de carga en dirección a la estación internacional, pero también puede producirse mediante métodos muy sofisticados, como las células de combustible. Estas células mezclan oxígeno e hidrógeno (almacenados en forma líquida) y producen electricidad y agua como subproductos, siendo ambas cosas aprovechables. Sistemas de este tipo se encontraban a bordo de naves como la Apolo o el Space Shuttle.
De forma inversa, se puede utilizar agua y electricidad, mediante el método de la electrólisis, para producir oxígeno (aprovechable) e hidrógeno (que se lanza al espacio). Este sistema se emplea habitualmente en los complejos orbitales para oxigenar la atmósfera y garantizar que sea respirable.
Y naturalmente, el agua será necesaria a bordo para numerosas tareas, incluyendo la higiene personal, experimentos con plantas y animales, etc.
Afortunadamente, no sólo hay agua en la Tierra. La astronáutica podrá aprovechar en el futuro aquella que podamos encontrar en algunos cráteres polares de la Luna, en el subsuelo marciano, o en algunos satélites de Júpiter y Saturno, además de en cometas y asteroides.