Astronáutica
El telescopio espacial Spitzer finaliza su misión
Después de más de 16 años estudiando el universo en luz infrarroja, revelando nuevas maravillas en nuestro sistema solar, nuestra galaxia y más allá, la misión del telescopio espacial Spitzer de la NASA ha llegado a su fin.
Tras el cese de todas sus operaciones científicas, se declaró recientemente el final oficial de la misión.
Lanzado en 2003, el Spitzer fue uno de los cuatro grandes observatorios espaciales de la NASA, junto con el Telescopio Espacial Hubble, el observatorio Chandra de rayos X y el observatorio Compton de rayos gamma. Esta generación de observatorios marcó un antes y un después en las observaciones astronómicas realizadas desde el espacio, demostrando también el gran acierto de usar diferentes longitudes de onda de luz para escrutar el universo mucho más profundamente que nunca antes.
Entre sus muchas contribuciones científicas, el Spitzer estudió cometas y asteroides en nuestro sistema solar y encontró un anillo no identificado previamente alrededor de Saturno. Estudió la formación de estrellas y planetas, la evolución de las galaxias desde el universo arcaico hasta la actualidad, y la composición del polvo interestelar. También demostró ser una herramienta eficaz para detectar exoplanetas (planetas de fuera de nuestro sistema solar) y estudiar sus atmósferas. El trabajo que más fama le ha dado al Spitzer es seguramente su detección de los siete planetas con tamaños del orden del de la Tierra en el sistema TRAPPIST-1, la mayor cantidad de planetas de tipo terrestre que se haya encontrado orbitando una sola estrella, y su labor determinando sus masas y densidades.
Aunque no fue el primer telescopio espacial infrarrojo de la NASA, el Spitzer fue el telescopio infrarrojo más sensible de la historia cuando se lanzó, y permitió escrutar el cosmos infrarrojo con un alcance mucho mayor que el logrado por sus predecesores. Desde su atalaya privilegiada fuera de la atmósfera de la Tierra, Spitzer pudo observar profundamente en longitudes de onda que resultan inaccesibles desde la superficie terrestre. La órbita de la nave, alrededor del Sol, la colocó lejos de las emisiones infrarrojas de nuestro planeta, lo que también le dio una mejor sensibilidad de la que era posible para telescopios más grandes en la Tierra.
El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha terminado su brillante misión de más de 16 años explorando el universo en luz infrarroja. (Imagen: NASA JPL / Caltech)
La misión extendida del Spitzer
La misión principal del Spitzer llegó a su fin en 2009, cuando el telescopio agotó su provisión de refrigerante (helio líquido), necesario para el correcto funcionamiento de dos de sus tres instrumentos: el espectrógrafo infrarrojo IRS y el fotómetro MIPS. La misión se consideró un éxito, habiendo logrado todos sus objetivos científicos primarios y más. Pero la historia del Spitzer no había terminado. Los ingenieros y científicos pudieron continuar la misión utilizando solo dos de los cuatro canales de longitud de onda en el tercer instrumento, la cámara infrarroja IRAC. A pesar de las crecientes dificultades técnicas, el Spitzer continuó cosechando éxitos científicos durante 10 años y medio.
Durante su misión extendida, Spitzer hizo otros importantes descubrimientos científicos. En 2014, detectó evidencias de colisiones de asteroides en un sistema planetario recién formado, denotando ello que tales colisiones podrían ser comunes en la infancia de muchos sistemas solares y resultar cruciales para la formación de algunos planetas. En 2016, el Spitzer trabajó con el Hubble para obtener imágenes de la galaxia más distante detectada hasta entonces. A partir de 2016, el Spitzer estudió el sistema TRAPPIST-1 durante más de mil horas.
Todos los datos del Spitzer son gratuitos y están disponibles para el público en el archivo de datos de la misión. Los científicos de la misión esperan que sigan haciéndose descubrimientos a partir de los datos reunidos por el Spitzer, hasta mucho tiempo después del cese de actividad de dicha nave. (Fuente: NCYT Amazings)