Psicología
Consecuencias futuras del desagrado ante la propia apariencia física en la adolescencia
La adolescencia es una etapa crítica del desarrollo humano por varias razones. Una de ellas es que la persona experimenta una transformación que la aleja de una apariencia física infantil y la acerca a una apariencia física adulta. Pero el rumbo de esta transformación a veces desagrada al adolescente. Una investigación reciente ha explorado hasta qué punto ese desagrado marca la propensión a la depresión en los primeros años de la edad adulta.
El desagrado por la propia apariencia física lo experimentan el 61% de los adolescentes del mundo, según algunas estimaciones. En investigaciones anteriores, se ha determinado que ese desagrado aumenta el riesgo de sufrir trastornos de la conducta alimentaria y otros comportamientos perjudiciales para la salud, así como el de tener una mala salud mental en general.
Sin embargo, pocos estudios han explorado el desagrado por la propia apariencia física y la depresión entre hombres jóvenes y entre las personas nacidas entre 1981 y 1997.
En un intento por llenar estos huecos de conocimiento, Anna Bornioli, Helena Lewis-Smith, Amy Slater e Isabelle Bray, todas de la Universidad del Oeste de Inglaterra en Bristol, Reino Unido, analizaron datos sobre jóvenes nacidos en 1991 y 1992.
Cuando tenían 14 años de edad, a 3753 sujetos de estudio se les pidió que calificaran su nivel de satisfacción con su apariencia física puntuando su peso, figura, constitución corporal y áreas específicas, incluyendo senos, estómago, cintura, muslos, glúteos, caderas, piernas, cara y cabello, en una escala de 5 puntos, donde 0 es igual a "extremadamente insatisfecho" y 5 es igual a "extremadamente satisfecho".
Cuidar en la adolescencia de la salud, tanto física como mental, ayuda a evitar problemas de ese tipo años después. (Foto: Lauren Bishop / CDC / NCEZID)
Tanto los chicos (1675) como las chicas (2078) estaban ligeramente satisfechos con su cuerpo, en general. Pero las chicas estaban más insatisfechas que los chicos.
A las chicas les desagradaban sus muslos, el estómago y el peso, pero les gustaba su pelo y las caderas.
Los chicos tendían a estar insatisfechos con su complexión corporal, el estómago y las caderas, pero no les importaba su pelo, su peso o sus piernas.
Casi 1 de cada 3 (32%) de las chicas y alrededor de 1 de cada 7 (14%) de los chicos estaban insatisfechos con su peso, y alrededor de 1 de cada 4 (27%) de las chicas y 1 de cada 7 (14%) de los chicos estaban insatisfechos con su figura.
A los 18 años de edad, se hizo una evaluación formal de síntomas depresivos, utilizando para ello una escala validada, llamada “CIS-R”.
Se comprobó que las niñas tenían más probabilidades de experimentar episodios de depresión que los niños.
Una de cada 10 (10%) de las chicas reportó al menos un episodio depresivo leve en comparación con 1 de cada 20 (5%) de los chicos. Casi el 7% de las chicas y casi el 3% de los chicos informaron de al menos un episodio depresivo moderadamente grave, mientras que los episodios depresivos graves afectaron al 1,5% de las chicas y a menos del 1% (0,7%) de los chicos.
El análisis de los datos reveló que la insatisfacción corporal a los 14 años de edad predecía episodios depresivos de todos los niveles de gravedad entre las chicas, y episodios depresivos leves y graves entre los chicos cuando ellas y ellos cumplían 18 años de edad. (Fuente: NCYT de Amazings)
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