Neurología
Detectan en el cerebro las huellas de la soledad
Esta temporada de festejos y vacaciones navideñas será solitaria para muchas personas, ya que el distanciamiento social debido a la pandemia de COVID-19 continúa. Esa soledad dejará huellas cerebrales claramente perceptibles, a juzgar por los resultados de un estudio reciente.
Ese nuevo estudio revela una especie de firma en los cerebros de las personas solitarias que las hace claramente distintas de las no solitarias. La firma se basa en las variaciones del volumen de las diferentes regiones cerebrales, así como en la forma en que esas regiones se comunican entre sí a través de las redes cerebrales.
El equipo de Nathan Spreng, del Instituto y Hospital Neurológico de Montreal (The Neuro), adscrito a la Universidad Mcgill en Canadá, examinó los datos aportados por imágenes obtenidas mediante escaneos de resonancia magnética, análisis genéticos y autoevaluaciones psicológicas de aproximadamente 40.000 adultos de mediana edad y de edad avanzada que aceptaron voluntariamente que se incluyera su información en el Biobanco del Reino Unido: una base de datos de acceso abierto a la que pueden acceder los científicos de la salud de todo el mundo. A continuación, compararon los datos de resonancia magnética de los participantes que declararon sentirse a menudo solos con los que no lo estaban.
Los autores del estudio encontraron en los cerebros de las personas solitarias varias diferencias respecto a los cerebros de quienes no experimentaban soledad. Estas “huellas” cerebrales se centraban en lo que se denomina red neuronal por defecto o red neuronal predeterminada: un conjunto de regiones cerebrales que intervienen en procesos mentales como recordar, planificar el futuro, imaginar y pensar en los demás. Los investigadores descubrieron que los componentes de las redes neuronales por defecto de las personas solitarias estaban más fuertemente conectados entre sí y, sorprendentemente, su volumen de materia gris en las regiones de la red neuronal por defecto era mayor. La soledad también se correlacionó con diferencias en el fórnix, que es un haz de fibras nerviosas que transporta las señales del hipocampo a la red neuronal por defecto. En las personas solitarias, la estructura de este conjunto de fibras estaba mejor preservada.
Nathan Spreng. (Foto: The Neuro)
Utilizamos la red neuronal por defecto cuando recordamos el pasado, imaginamos el futuro o pensamos en un presente hipotético. El hecho de que la estructura y la función de esta red se asocie positivamente con la soledad puede deberse a que las personas solitarias son más propensas a utilizar la imaginación, los recuerdos del pasado o las esperanzas de futuro para superar su aislamiento social.
Cada vez se reconoce más que la soledad, entendida como una situación no deseada por la persona y que le genera un malestar anímico, es un importante problema de salud. Estudios anteriores ya demostraron que las personas mayores que experimentan soledad tienen un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Conocer a fondo todos los efectos que la soledad tiene sobre el cerebro podría ser la clave para prevenir o mitigar diversas enfermedades neurológicas y para desarrollar mejores tratamientos contra ellas. (Fuente: NCYT de Amazings)
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